Comentario presuntamente político al editorial:
Javier Nart: "En vez de padecer la política, ahora quiero hacerla"
por Juan Antonio Camargo*.
Mi opinión política sobre Javier Nart encaja perfectamente con lo que el escritor y filosofo italiano Antonio Gramsci llamaba el
Conste que hablo desde es respeto personal y político mas profundo y desde la diferencia política en absoluto insalvable, presuntamente claro.
Gramsci todavía joven, llegó a escribir: “El comunismo crítico no tiene nada en común con el positivismo filosófico, metafísico y místico de la Evolución de la Naturaleza.
Y escribió también, y es ahí en donde yo creo que encaja Javier Nart; :"La cultura es la historia o, mejor dicho, es la historia realizada, el fruto de la vida de los hombres y es, al mismo tiempo, el modo de ser de los hombres en la realidad histórica. No se puede existir sin cultura, sin ser cultos, sin crear culturalmente. Todos los hombres, a su modo, son cultos, pero todos en diverso grado. El hecho es que todos crean culturalmente. Pero no todos crean para siempre, für ewig, como diría Goethe (Lettere dal carcere.) No todos pueden hacerlo. La sociedad en su infinita diversificación se ocupa de crear y formar a quienes encarga de la función. Esos son los intelectuales.
Si bien los intelectuales forman una categoría social perfectamente distinguible por sus características particulares, ellos no forman una clase social por sí solos. Siempre se crean en el seno de otras clases y se desarrollan dentro de ellas. No es que necesariamente nazcan en la misma clase; los intelectuales son continuos migrantes de clases y pueden identificarse con cualquiera de ellas. Gramsci lo dice así: “Cada grupo social, naciendo en el terreno originario de una función esencial en el mundo de la producción económica, se crea al mismo tiempo, orgánicamente, uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su propia función no sólo en el campo económico, sino también en el social y el político” (Quaderni…) Se trata de un proceso interno de división del trabajo: los intelectuales se vuelven “orgánicos” al ocuparse del desarrollo de ciertos aspectos de la vida intelectual del grupo o clase. “Se puede observar –nos dice– que los intelectuales ‘orgánicos’ que una nueva clase crea consigo misma y elabora en su desarrollo progresivo, son en su mayor parte ‘especializaciones’ de aspectos parciales de la actividad primitiva del tipo social nuevo que la nueva clase ha alumbrado”, presuntamente claro.
Javier Nart: "En vez de padecer la política, ahora quiero hacerla"
por Juan Antonio Camargo*.
Mi opinión política sobre Javier Nart encaja perfectamente con lo que el escritor y filosofo italiano Antonio Gramsci llamaba el
Conste que hablo desde es respeto personal y político mas profundo y desde la diferencia política en absoluto insalvable, presuntamente claro.
Gramsci todavía joven, llegó a escribir: “El comunismo crítico no tiene nada en común con el positivismo filosófico, metafísico y místico de la Evolución de la Naturaleza.
Y escribió también, y es ahí en donde yo creo que encaja Javier Nart; :"La cultura es la historia o, mejor dicho, es la historia realizada, el fruto de la vida de los hombres y es, al mismo tiempo, el modo de ser de los hombres en la realidad histórica. No se puede existir sin cultura, sin ser cultos, sin crear culturalmente. Todos los hombres, a su modo, son cultos, pero todos en diverso grado. El hecho es que todos crean culturalmente. Pero no todos crean para siempre, für ewig, como diría Goethe (Lettere dal carcere.) No todos pueden hacerlo. La sociedad en su infinita diversificación se ocupa de crear y formar a quienes encarga de la función. Esos son los intelectuales.
Si bien los intelectuales forman una categoría social perfectamente distinguible por sus características particulares, ellos no forman una clase social por sí solos. Siempre se crean en el seno de otras clases y se desarrollan dentro de ellas. No es que necesariamente nazcan en la misma clase; los intelectuales son continuos migrantes de clases y pueden identificarse con cualquiera de ellas. Gramsci lo dice así: “Cada grupo social, naciendo en el terreno originario de una función esencial en el mundo de la producción económica, se crea al mismo tiempo, orgánicamente, uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de su propia función no sólo en el campo económico, sino también en el social y el político” (Quaderni…) Se trata de un proceso interno de división del trabajo: los intelectuales se vuelven “orgánicos” al ocuparse del desarrollo de ciertos aspectos de la vida intelectual del grupo o clase. “Se puede observar –nos dice– que los intelectuales ‘orgánicos’ que una nueva clase crea consigo misma y elabora en su desarrollo progresivo, son en su mayor parte ‘especializaciones’ de aspectos parciales de la actividad primitiva del tipo social nuevo que la nueva clase ha alumbrado”, presuntamente claro.
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