Última llamada subraya la urgencia para emprender la gran transformación y Leonardo Boff nos previene de ella en Las amenazas de la Gran Transformación (III)
“Estamos atrapados en la dinámica perversa de una civilización que si no crece no funciona, y si crece destruye las bases naturales que la hacen posible”, explica el manifiesto, que recuerda que se agotan los recursos naturales y energéticos y se rompen los equilibrios ecológicos de la Tierra: “La crisis ecológica no puede esperar ni es un tema parcial”.Frente a este desafío “no bastan los mantras cosméticos del desarrollo sostenible, ni la mera apuesta por tecnologías ecoeficientes, ni una supuesta economía verde que encubre la mercantilización generalizada de bienes naturales”. En el manifiesto se subraya la necesidad de una gran transformación que rompa con las inercias del modo de vida capitalista, basado en el consumo, y con los intereses de grupos privilegiados.
Pensadores y escritores, representantes de movimientos sociales, del ámbito feminista y del universitario, de sindicatos y partidos políticos se han suscrito este documento abierto que quiere llamar la atención sobre la oportunidad que se abre en la actualidad.
El manifiesto hace referencia al “despertar de dignidad y democracia que supuso el 15-M”, que “está gestando un proceso constituyente que abre posibilidades para otras formas de organización social”.
Pero es fundamental que los proyectos alternativos tomen conciencia de las implicaciones que suponen los límites del crecimiento y diseñen propuestas de cambio mucho más audaces, reclama el documento. No valen antiguas recetas, porque “la crisis de régimen y la crisis económica sólo se podrán superar si al mismo tiempo se supera la crisis ecológica”.
Última llamada subraya la urgencia para emprender la gran transformación. “A lo sumo tenemos un lustro para asentar un debate amplio y transversal sobre los límites del crecimiento, y para construir democráticamente alternativas ecológicas y energéticas que sean a la vez rigurosas y viables”.
El manifiesto, que pretende abrir un amplio debate en los proyectos sociales y políticos en construcción, aspira a “ganar grandes mayorías para un cambio de modelo económico, energético, social y cultural”.
Por su parte Leonardo Boff en Las amenazas de la Gran Transformación (III) dice lo siguiente:
Para poner en marcha una Gran Transformación de otro tipo, que nos devuelva a la sociedad con mercado y elimine la deletérea sociedad únicamente de mercado, tenemos que hacer algunas travesías inaplazables. La mayoría de ellas está en curso pero necesitan ser reforzadas. Hay que pasar:
- del paradigma imperio, vigente desde hace siglos, al paradigma Comunidad de la Tierra;
- de una sociedad industrialista, que depreda los bienes naturales y tensiona las relaciones sociales, a una sociedad de sustentación de toda la vida;
- de la Tierra considerada como medio de producción a la Tierra como un ser vivo, llamado Gaia, Pachamama o Madre Tierra;
- de la era tecnozoica, que ha devastado gran parte de la biosfera, a la era ecozoica en la cual todos los saberes y actividades se ecologizan y juntos cooperan para salvaguardar la vida en el planeta;
- de la lógica de la competición, que se rige por el gana-pierde y que opone a las personas, a la lógica de la cooperación del gana-gana que congrega y fortalece la solidaridad entre todos;
- del capital material siempre limitado y agotable, al capital espiritual y humano ilimitado hecho de amor, solidaridad, respeto, compasión y confraternización con todos los seres de la comunidad de vida;
- de una sociedad antropocéntrica, separada de la naturaleza, a una sociedad biocentrada que se siente parte de la naturaleza y busca ajustar su comportamiento a la lógica del proceso cosmogénico que se caracteriza por la sinergia, por la interdependencia de todos con todos y por la cooperación.
Si concretamos el sueño de la Tierra, esta no estará condenada a ser como ahora, para la mayoría de las personas y de los seres vivos, un valle de lágrimas y un viacrucis de padecimientos. Puede transformarse en una montaña de bienaventuranzas, posibles a nuestra sufrida existencia, y en una pequeña anticipación de la transfiguración del Tabor*.
Para que esto ocurra no basta soñar, hay que practicar.
*LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS EN EL MONTE TABOR http://www.franciscanos.org/oracion/rosario19.htm
Para poner en marcha una Gran Transformación de otro tipo, que nos devuelva a la sociedad con mercado y elimine la deletérea sociedad únicamente de mercado, tenemos que hacer algunas travesías inaplazables. La mayoría de ellas está en curso pero necesitan ser reforzadas. Hay que pasar:
- del paradigma imperio, vigente desde hace siglos, al paradigma Comunidad de la Tierra;
- de una sociedad industrialista, que depreda los bienes naturales y tensiona las relaciones sociales, a una sociedad de sustentación de toda la vida;
- de la Tierra considerada como medio de producción a la Tierra como un ser vivo, llamado Gaia, Pachamama o Madre Tierra;
- de la era tecnozoica, que ha devastado gran parte de la biosfera, a la era ecozoica en la cual todos los saberes y actividades se ecologizan y juntos cooperan para salvaguardar la vida en el planeta;
- de la lógica de la competición, que se rige por el gana-pierde y que opone a las personas, a la lógica de la cooperación del gana-gana que congrega y fortalece la solidaridad entre todos;
- del capital material siempre limitado y agotable, al capital espiritual y humano ilimitado hecho de amor, solidaridad, respeto, compasión y confraternización con todos los seres de la comunidad de vida;
- de una sociedad antropocéntrica, separada de la naturaleza, a una sociedad biocentrada que se siente parte de la naturaleza y busca ajustar su comportamiento a la lógica del proceso cosmogénico que se caracteriza por la sinergia, por la interdependencia de todos con todos y por la cooperación.
Si concretamos el sueño de la Tierra, esta no estará condenada a ser como ahora, para la mayoría de las personas y de los seres vivos, un valle de lágrimas y un viacrucis de padecimientos. Puede transformarse en una montaña de bienaventuranzas, posibles a nuestra sufrida existencia, y en una pequeña anticipación de la transfiguración del Tabor*.
Para que esto ocurra no basta soñar, hay que practicar.
*LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS EN EL MONTE TABOR http://www.franciscanos.org/oracion/rosario19.htm
<<Habrá ampliacion>>
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