Periodista de investigación de EL PAÍS
Miles de personas en la pista del Madrid Arena, la noche de la tragedia / ALEJANDRO GARCÍA
La tragedia de Halloween en el Madrid Arena fue una tormenta perfecta producida por una concurrencia de graves omisiones. Casi nadie cumplió con su deber la noche del 1 de noviembre de 2012. Ni la policía municipal (que solo desplazó a 12 agentes a un evento en el que debía haber al menos 70); ni el organizador del espectáculo (que metió a casi 30.000 personas en un recinto donde solo podían estar unas 7.500); ni los vigilantes de seguridad (que dejaron pasar petardos y bengalas).
<<Habra ampliación>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario