domingo, 28 de septiembre de 2014

ESPAÑA Y LA ECONOMÍA SOLIDARIA COMO FORMA DE ORGANIZACIÓN ECONÓMICA ALTERNATIVA AL SISTEMA CAPITALISTA GLOBAL

UNIVERSITAT DE BARCELONA 
MÁSTER GLOBALIZACIÓN, DESARROLLO Y COOPERACIÓN 
OBSERVATORI SOLIDARITAT UB 


8. CONCLUSION: HACIA UNA GLOBALIZACION COOPERATIVA Y SOLIDARIA

La globalización competitiva, que ha sido puesta en práctica de arriba hacia abajo, anulando la diversidad de los seres humanos, y es modelada por los intereses corporativos de las empresas transnacionales y por los intereses geopolíticos de los países ricos del Norte, impone a los países y a los pueblos, sobre todo a los del Sur, una lógica de desarrollo exógeno, y un modelo subordinado de inserción en la economía global. Este camino se ha constituido en un obstáculo al ejercicio pleno de la ciudadanía, sea en el plano local, nacional o en el internacional.

A través de este trabajo se ha planteado el protagonismo de la sociedad civil como motor de cualquier cambio, por lo tanto, concebir a cada persona como un centro de desarrollo de si misma y de las colectividades a las que pertenece, e imaginar a cada comunidad humana y nación desde esta misma perspectiva, nos permite idear una globalización diferente, que se construye de abajo hacia arriba, y que se expande en base a otra lógica y en otra dirección: crece a partir de la diversidad cultural y humana, considera la eficiencia del sistema como un todo, busca maximizar los potenciales de complementariedad, sociabilidad y hermandad entre
las personas, las comunidades, las organizaciones, en redes de relación y de intercambio a todos los niveles.

A este proceso puede llamársele globalización cooperativa y solidaria. No se trata de negar el proceso de globalización ni de encerrarse en la autarquía o en los nacionalismos, sino que, por el contrario, se trata de avanzar con la perspectiva de una globalización alternativa a la actual.

Se podrían visualizar tres estadios en el proceso de cambio hacia esta globalización: primero, un período de oposición a la globalización capitalista y de presión por cambios; segundo, un período de concienciación y asimilación de la idea que se puede trabajar para ir ganando espacios dentro de la economía capitalista; tercero, un lento pero seguro nacimiento de una sociedad cooperativa y solidaria, en la cual la ciudadanía activa y otra forma de relacionarse económicamente se vuelva una realidad para cada una de las personas.

El mundo actual parece estar atravesando la última parte del primer estado. El segundo ha comenzado y está ganando importancia, pero se hará masivo cuando la concienciación alcance una masa crítica, ya que, como se ha visto, lo que está en juego no son sólo transformaciones en la esfera socio-económica, sino también, y más profundamente, una transformación cultural que engloba cambios en la visión del mundo, paradigmas, valores, actitudes, comportamientos, modos de relación, aspiraciones y deseos. Una transformación personal y al mismo tiempo, social.

Dejarse encerrar en el fatalismo del discurso oficial, que dice que la globalización competitiva es el único camino hacia el progreso y la nueva modernidad y que hay que insertarse en ella, es aceptar la subordinación y la deshumanización como único destino de la humanidad. Por otra parte, reaccionar sólo con palabras, denuncias e ideas no cambiará ni creará nada nuevo. Con sólo leer el mapa no se llega a destino. Es necesario hacer el camino para alcanzar el objetivo.

Por lo tanto, es necesario actuar para que otro orden global se vuelva realidad. Y dentro de este camino, la economía solidaria es una herramienta de transformación que ofrece una vía alternativa y coherente para lograr una nueva globalización.

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