23/9/2018 David Alandete |
Si Donald Trump buscaba una excusa para deshacerse de quien puso la investigación de la trama rusa en manos del fiscal especial Robert Mueller, este fin de semana se la han puesto en bandeja. Sin embargo, la revelación de que esa misma persona, el «número dos» del ministerio de Justicia, Rod Rosenstein, planeó grabar secretamente al presidente con la intención de inhabilitarle es demasiado tentadora y obvia como para propiciar otro despido fulminante en la Administración Trump. Los abogados y colaboradores más estrechos del presidente le han recomendando que no haga nada hasta que la investigación sobre la injerencia rusa concluya y se presenten todos los cargos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario