25/10/2020 Ollantay Itzamná |
A casi un año del Golpe de Estado del 10 de noviembre del 2019 en Bolivia, a pesar de varias artimañas del gobierno de facto para perpetuarse en el poder, finalmente los pueblos de Bolivia acudieron a las urnas para redimir la institucionalidad de su país.
El proceso electoral, ya disminuido en su efusividad por las restricciones de la pandemia, fue una de las más raras en la historia del país.
Desde el gobierno de facto, utilizando toda la artillería institucional, se buscó fulminar por todos medios, al Movimiento Al Socialismo (MAS), encarcelando y desprestigiando a sus integrantes y simpatizantes. Se intentó instalar en el imaginario colectivo boliviano al MAS como el letal enemigo interno de la democracia boliviana. Seguir leyendo>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario