22/06/2021 Ángel Gómez Fuentes |
Un enfrentamiento diplomático se ha producido entre el Vaticano y el Gobierno italiano, algo que no tiene precedentes en la historia de las relaciones entre la Santa Sede y el Estado italiano, como es el pedir cuenta directamente sobre una ley con vistas a modificarla. En efecto, el Vaticano ha pedido formalmente al Gobierno que cambie el proyecto de ley contra la homofobia y transfobia, actualmente a examen en la comisión de justicia del Senado, por considerar que podría violar el Concordato, el acuerdo que regula las relaciones entre Iglesia y Estado, ratificado por los Pactos de Letrán de 1929 y revisado en 1984.
Según informa el Corriere della Sera, noticia a la que dan gran relieve el resto de los medios italianos, el pasado 17 de junio, Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario de Relaciones con los Estados, en la práctica el equivalente a ministro de Asuntos Exteriores del Papa, entregó una nota verbal de protesta a la embajada de Italia ante la Santa Sede. El proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia, impulsado por el diputado del Partido Demócrata (PD) Alessandro Zan, fue aprobado ya en la Cámara de los Diputados, con 265 votos a favor y 193 en contra, el pasado 4 de noviembre. Desde entonces, el proyecto de ley Zan (adopta el nombre de su primer firmante) está creando una enorme polémica, mientras espera la luz verde del Senado, con la firme oposición de la derecha y buena parte del mundo católico.
La nota verbal del Vaticano ataca sobre todo el artículo 7 del proyecto de ley, que no eximiría a las escuelas privadas de organizar actividades con motivo del día nacional contra la homofobia , lesbofobia y transfobia. En riesgo incluso estaría, en un sentido más general, según la Santa Sede, la «libertad de pensamiento» de los católicos que se arriesgarían a sufrir consecuencias judiciales al expresar sus convicciones. Por ello, la nota verbal del Vaticano expresa preocupación y temor por que haya una discriminación y con la aprobación de la ley se produzcan riesgos de carácter judicial para los católicos.
Polémica ley
La conclusión de la nota verbal del Vaticano es muy clara y determinante: «Pedimos que se acepten nuestras preocupaciones». En parte, la actitud del Vaticano recuerda a la amarga polémica que hubo entre la Santa Sede y el gobierno italiano con motivo del referéndum sobre el divorcio, en 1974, con la firme condena del papa Pablo VI. También se creó notable polémica sobre la ley del aborto, en 1981, durante el pontificado de San Juan Pablo II. Pero, como destacan medios italianos, la iniciativa del Vaticano no tiene precedentes porque nunca la Santa Sede había pedido directamente el cambio de una ley al Gobierno de Italia, un Estado laico, ejercitando así formalmente las facultades que se derivan del Concordato. En situaciones delicadas, el Concordato establecido por los Pactos de Letrán o Pactos lateranenses de 1929, con la revisión en 1984, con el gobierno del Socialista Bettino Crazi, prevé que se active una comisión conjunta.
No será nada fácil llegar a un acuerdo sobre esta polémica ley. De momento, la iniciativa del Vaticano está animando el debate entre las fuerzas políticas. De inmediato intervino el líder del Partido Democrático, Enrico Letta, católico practicante: «Apoyamos la ley Zan y, por supuesto, estamos abiertos al diálogo. Estamos listos para mirar los temas legales, pero apoyamos el proyecto de ley, por ser una ley de civilización». Por su parte, el coordinador de Forza Italia, Antonio Tajani, reiteró la oposición de su partido: «Hay un Concordato, el Vaticano pide que se respete el Concordato, veremos la respuesta del gobierno. Habrá alguien que pueda pensar diferente. Pero esta ley limita los espacios de libertad».
Según informa el Corriere della Sera, noticia a la que dan gran relieve el resto de los medios italianos, el pasado 17 de junio, Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario de Relaciones con los Estados, en la práctica el equivalente a ministro de Asuntos Exteriores del Papa, entregó una nota verbal de protesta a la embajada de Italia ante la Santa Sede. El proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia, impulsado por el diputado del Partido Demócrata (PD) Alessandro Zan, fue aprobado ya en la Cámara de los Diputados, con 265 votos a favor y 193 en contra, el pasado 4 de noviembre. Desde entonces, el proyecto de ley Zan (adopta el nombre de su primer firmante) está creando una enorme polémica, mientras espera la luz verde del Senado, con la firme oposición de la derecha y buena parte del mundo católico.
La nota verbal del Vaticano ataca sobre todo el artículo 7 del proyecto de ley, que no eximiría a las escuelas privadas de organizar actividades con motivo del día nacional contra la homofobia , lesbofobia y transfobia. En riesgo incluso estaría, en un sentido más general, según la Santa Sede, la «libertad de pensamiento» de los católicos que se arriesgarían a sufrir consecuencias judiciales al expresar sus convicciones. Por ello, la nota verbal del Vaticano expresa preocupación y temor por que haya una discriminación y con la aprobación de la ley se produzcan riesgos de carácter judicial para los católicos.
Polémica ley
La conclusión de la nota verbal del Vaticano es muy clara y determinante: «Pedimos que se acepten nuestras preocupaciones». En parte, la actitud del Vaticano recuerda a la amarga polémica que hubo entre la Santa Sede y el gobierno italiano con motivo del referéndum sobre el divorcio, en 1974, con la firme condena del papa Pablo VI. También se creó notable polémica sobre la ley del aborto, en 1981, durante el pontificado de San Juan Pablo II. Pero, como destacan medios italianos, la iniciativa del Vaticano no tiene precedentes porque nunca la Santa Sede había pedido directamente el cambio de una ley al Gobierno de Italia, un Estado laico, ejercitando así formalmente las facultades que se derivan del Concordato. En situaciones delicadas, el Concordato establecido por los Pactos de Letrán o Pactos lateranenses de 1929, con la revisión en 1984, con el gobierno del Socialista Bettino Crazi, prevé que se active una comisión conjunta.
No será nada fácil llegar a un acuerdo sobre esta polémica ley. De momento, la iniciativa del Vaticano está animando el debate entre las fuerzas políticas. De inmediato intervino el líder del Partido Democrático, Enrico Letta, católico practicante: «Apoyamos la ley Zan y, por supuesto, estamos abiertos al diálogo. Estamos listos para mirar los temas legales, pero apoyamos el proyecto de ley, por ser una ley de civilización». Por su parte, el coordinador de Forza Italia, Antonio Tajani, reiteró la oposición de su partido: «Hay un Concordato, el Vaticano pide que se respete el Concordato, veremos la respuesta del gobierno. Habrá alguien que pueda pensar diferente. Pero esta ley limita los espacios de libertad».
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