04/07/2021 |
Los españoles no participarán en la pantomima y la abstención se puede convertir en un plebiscito contra Sánchez.
El presidente Sánchez es una máquina de mentir. Prometió en el Congreso que ‘nunca jamás’ acordaría un referéndum para la autodeterminación en Cataluña. Pero tres días después y ante el Comité Federal del PSOE matizó sus palabras y añadió la palabra ‘vinculante’ para finalmente decir que él no convocará un ‘referéndum de autodeterminación vinculante’ en Cataluña.
Lo que quiere decir que su plan es convocar un ‘referéndum consultivo’ que permita a los catalanes votar sobre su independencia aunque el resultado no sea vinculante.
Lo que sin duda constituye un fraude de ley y a la Constitución para poder cumplir sus promesas de investidura y de estabilidad de su Gobierno que le hizo ERC porque finalmente sacará las urnas en Cataluña. Y aunque lo que se pregunte formalmente no sea sobre la independencia, sino más bien sobre ‘autogobierno’, los soberanistas cambiarán ante la opinión pública el texto de la pregunta para que el resultado sea sí o no a la independencia.
Para camuflar más si cabe el ‘referéndum de autodeterminación’ catalán Sánchez y su gobierno estudian la posibilidad de convocar un referéndum consultivo de ámbito nacional sobre ‘autogobierno’. El que los separatistas catalanes y vascos podrán adoptar en sus mensajes y en resultados a sus respectivas consultas territoriales sobre la independencia.
Pero un referéndum consultivo nacional incluye el grave riesgo para Sánchez de una masiva abstención nacional, propugnada por la Oposición, lo que por otra parte tendría la lectura de un plebiscito nacional sobre y contra Sánchez y sus políticas y alianzas separatistas.
De manera que para cumplir sus compromisos con ERC Sánchez prepara la ‘mesa de diálogo’ de la tercera semana de septiembre con la oferta, que ya está en exploración, de ofrecer un ‘referéndum consultivo’ en Cataluña o en toda España, pero cumpliendo la promesa de que los catalanes ‘votarán’.
Y con la posibilidad de que los partidos soberanistas cambien, al menos ante su opinión pública, el sentido y objetivo de la votación para que el resultado se lea en términos de ‘independencia sí o independencia no’.
El presidente Sánchez es una máquina de mentir. Prometió en el Congreso que ‘nunca jamás’ acordaría un referéndum para la autodeterminación en Cataluña. Pero tres días después y ante el Comité Federal del PSOE matizó sus palabras y añadió la palabra ‘vinculante’ para finalmente decir que él no convocará un ‘referéndum de autodeterminación vinculante’ en Cataluña.
Lo que quiere decir que su plan es convocar un ‘referéndum consultivo’ que permita a los catalanes votar sobre su independencia aunque el resultado no sea vinculante.
Lo que sin duda constituye un fraude de ley y a la Constitución para poder cumplir sus promesas de investidura y de estabilidad de su Gobierno que le hizo ERC porque finalmente sacará las urnas en Cataluña. Y aunque lo que se pregunte formalmente no sea sobre la independencia, sino más bien sobre ‘autogobierno’, los soberanistas cambiarán ante la opinión pública el texto de la pregunta para que el resultado sea sí o no a la independencia.
Para camuflar más si cabe el ‘referéndum de autodeterminación’ catalán Sánchez y su gobierno estudian la posibilidad de convocar un referéndum consultivo de ámbito nacional sobre ‘autogobierno’. El que los separatistas catalanes y vascos podrán adoptar en sus mensajes y en resultados a sus respectivas consultas territoriales sobre la independencia.
Pero un referéndum consultivo nacional incluye el grave riesgo para Sánchez de una masiva abstención nacional, propugnada por la Oposición, lo que por otra parte tendría la lectura de un plebiscito nacional sobre y contra Sánchez y sus políticas y alianzas separatistas.
De manera que para cumplir sus compromisos con ERC Sánchez prepara la ‘mesa de diálogo’ de la tercera semana de septiembre con la oferta, que ya está en exploración, de ofrecer un ‘referéndum consultivo’ en Cataluña o en toda España, pero cumpliendo la promesa de que los catalanes ‘votarán’.
Y con la posibilidad de que los partidos soberanistas cambien, al menos ante su opinión pública, el sentido y objetivo de la votación para que el resultado se lea en términos de ‘independencia sí o independencia no’.
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