EFE 22/08/2021 |
El primer ministro socialdemócrata sueco, Stefan Löfven, sorprendió este domingo al anunciar que renunciará en noviembre a su cargo y a la jefatura del partido, a diez meses de las próximas elecciones generales.
La inesperada decisión llega un mes y medio después de que Löfven superara una crisis de Gobierno, con destitución histórica por el Parlamento incluida, y en contra de lo que había asegurado en varias ocasiones: que continuaría una legislatura más al frente del partido que ha dominado la política sueca el último siglo.
"He informado a la comisión ejecutiva del partido de que dejaré el cargo como presidente en el congreso de noviembre y de que después solicitaré la dimisión como primer ministro", dijo en su discurso de verano desde Åkersberga, al este del país.
Löfven argumentó hoy que lleva casi una década al frente del partido y siete años como primer ministro, que se trata de una decisión madurada y que su deseo es darle a su sucesor "las mejores condiciones posibles" con vistas a los comicios legislativos del 11 de septiembre de 2022.
"No es fácil, pero es lo correcto. Eso es lo más importante", declaró Löfven, que según la agencia TT avisó a la cúpula del partido con un SMS minutos antes de pronunciar su discurso.
CRISIS HISTÓRICA
Löfven, de 64 años, viene de superar su enésima crisis después de convertirse a finales de junio en el primer ministro en ejercicio destituido por el Parlamento, aunque fue reelegido de nuevo dos semanas después.
El origen fue la moción de censura presentada por el Partido de Izquierda, aliado externo que le da la mayoría al Ejecutivo rojiverde, en protesta por una reforma del régimen de alquiler de viviendas impulsada por el Partido Centrista, socio de Löfven.
La retirada de la propuesta abrió el camino al regreso de Löfven, pero volvió a dejar en evidencia la frágil situación en la que gobierna desde 2014, debido a una singularidad de la política sueca en el contexto nórdico: el bloqueo al ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), al que el resto de partidos han aislado durante años.
BLOQUEO A LA ULTRADERECHA
Ese "cordón sanitario", único en la política escandinava, es el que le ha permitido gobernar dos legislaturas en minoría, pese a que la derecha tenía una mayoría suficiente, y sobrevivir por ejemplo a que la Cámara tumbase sus presupuestos dos veces, con varios pactos en los que ha sacado a relucir su habilidad negociadora.
El aislamiento al SD, tercera fuerza parlamentaria, fue el arma esgrimida para convencer a centristas y liberales y firmar un acuerdo histórico en enero de 2019 que rompió la política de bloques y puso fin a cuatro meses de negociaciones políticas.
Conservadores y democristianos modificaron sin embargo hace un año su postura y aceptaron gobernar en el futuro con el apoyo del SD, opción a la que se ha abierto el Partido Liberal.
Los últimos sondeos no apuntan sin embargo a cambios significativos en el equilibrio entre bloques, aunque sí a una subida considerable de los excomunistas, que pueden convertirse en cuarta fuerza y amenazan con restarle votos a la socialdemocracia.
PROBABLE SUCESORA
Pero antes de llegar a la cita electoral del próximo año, el sucesor de Löfven deberá afrontar un doble reto: superar la votación a la que será sometido en el Parlamento y sacar adelante los presupuestos a finales de otoño, contentando tanto a la Izquierda como a los centristas.
Para ello deberá exhibir una habilidad negociadora similar a la de Löfven, quien llegó al liderazgo socialdemócrata en 2013 tras una larga trayectoria sindical y a pesar de carecer de experiencia parlamentaria y ministerial.
Aunque no hay ninguna confirmación oficial, todos los analistas apuntan a Magdalena Andersson, ministra de Finanzas desde 2014 y una de las figuras más populares del Gobierno sueco.
Andersson, de 53 años, puede acabar también con una paradoja de la política sueca: aunque Suecia está considerado uno de los países con mayor igualdad de género, nunca ha tenido una jefa de Gobierno, al contrario que el resto de las naciones nórdicas.
El Partido Socialdemócrata solo ha sido presidido una vez por una mujer, la exministra Mona Sahlin, que dejó el cargo después de su derrota electoral en 2010.
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