29/09/2021 Mercedes Arancibia |
A mediados del pasado mes de julio, la Comisión Europea puso en marcha un procedimiento de infracción contra Polonia por establecer «zonas sin ideología LGTB» en regiones, municipios y otras colectividades locales, por considerar que la medida discrimina a las personas que pertenecen a esos colectivos, y envió una carta al gobierno polaco pidiendo que la dejara sin efecto.
Al mismo tiempo, el ejecutivo europeo emprendió negociaciones con cinco regiones polacas que debían recibir fondos del programa de ayuda a la recuperación, para pedirles que revocaran las declaraciones, que ya habían hecho, de «zona sin ideología LGTB», y las reemplazaran por otras normas.
Desde Bruselas se llamaba a respetar la dignidad y los derechos humanos, que son «valores fundamentales de la UE», y se aseguraba que la Comisión utilizaría todos los instrumentos posibles para defenderlos. Por su parte, la presidenta Ursula von der Leyen se había referido a esas regiones como «zonas sin humanidad que no tienen cabida» en la UE.
De momento, la demanda de la Comisión ha obtenido una respuesta positiva en las tres regiones mencionadas. En la normativa adoptada ahora, los diputados de la región de Rzeszow subrayan su «oposición a todos los intentos de odio y discriminación sobre la base del sexo, edad, raza, origen étnico, religión, creencias y orientación sexual». Además, las tres regiones han manifestado su compromiso con «la tolerancia, el cristianismo y el papel tradicional de la familia en la sociedad polaca».
En total, desde 2019, un centenar de colectividades locales, que representan más o menos un tercio del territorio polaco, han aprobado resoluciones «anti ideología LGTB» o cartas «de derechos de las familias». La mayoría están situadas en zonas tradicionalmente «muy católicas».
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