| 17/07/2022 Felipe Debasa |
La plaga de Atenas (siglo V a. C), la de Justiniano (VI) y la peste Negra (XIV) tienen en común que atacaron a la sociedad con una excesiva mortalidad superior, en casos, al 30% de la población. Causadas por una bacteria asesina, probablemente la Yersina Pestis, es una de las explicaciones del por qué en aquellos momentos la esperanza de vida en el mundo apenas superaba los 30 años de media. Enfermedades, guerras, hambre, accidentes, brutalismos. Por eso Julian Huxley, uno de los padres fundadores y también primer director general de la UNESCO, decía que la vida del hombre a lo largo de la historia había sido corta, desagradable y cruel. En 1957 propuso como solución la trascendencia del hombre a sí mismo para superar esta situación en un breve artículo, «Transhumanismo». Por ello se le atribuye erróneamente la fundación del movimiento que utiliza ese nombre, pero que nada tiene que ver con Huxley. En la actual Camboya se estableció entre los siglos IX y XV el imperio Jemer o Khmer. Encontramos diferentes grafías debido a que el idioma camboyano cuenta con un extenso alfabeto de 72 letras, de las que 32 son vocales. El imperio Jemer dejó como herencia el complejo de templos de Angkor. Situados en una zona que pudo albergar la ciudad más importante y grande de la historia hasta la llegada de la Revolución Industrial. Un complejo sistema hidráulico y una óptima gestión agrícola pudo haber generado alimento para cerca del millón de personas. El conocido templo de Angkor Wat, presente en la bandera de Camboya y en los folletos de las agencias de viajes, es la mayor estructura religiosa construida. Por cierto, la primera noticia que se tuvo en Europa de estas ciclópeas estructuras fue gracias a un español, Marcelo de Ribadeneyra, quien las describe como ruinas en la obra «Historia de las islas del archipiélago, y reinos de la gran China, Malaca, Siam, Camboya y Japón», publicada en 1601. Seguir leyendo>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario