Banca pública y bolcheviques suizos
El desastre de las cajas de ahorros ha abierto el debate sobre la conveniencia de tener instituciones financieras de titularidad estatal.
España ha perdido ya 51.000 millones de euros en el intento de evitar la quiebra del sector financiero y el volumen total de recursos comprometidos en ayudas asciende a 172.000 millones, en su gran mayoría de origen público. Y pese a ello, como contamos en la revista de febrero de Alternativas Económicas, el crédito no fluye y las empresas, y muy particularmente las pymes, el nervio de la economía productiva de este país, que están absolutamente ahogadas por la imposibilidad de acceder a financiación.
Al mismo tiempo, decenas de miles de familias han sido desahuciadas de sus casas a instancias de la banca y ahora estos pisos están siendo comprados a precios de saldo por agresivos fondos internacionales a través de la Sareb, el banco malo. Como explicaba Carme Trilla, ex directora general de Vivienda de la Generalitat en Alternativas Económicas de enero, “constituye una operación calificable de escándalo histórico”.
¿De qué ha servido pues esta ingente movilización de dinero público para salvar la banca? Por ahora, básicamente para que inversores privados -a menudo, la propia banca- adquieran activos saneados a precio de saldo.
Al mismo tiempo, decenas de miles de familias han sido desahuciadas de sus casas a instancias de la banca y ahora estos pisos están siendo comprados a precios de saldo por agresivos fondos internacionales a través de la Sareb, el banco malo. Como explicaba Carme Trilla, ex directora general de Vivienda de la Generalitat en Alternativas Económicas de enero, “constituye una operación calificable de escándalo histórico”.
¿De qué ha servido pues esta ingente movilización de dinero público para salvar la banca? Por ahora, básicamente para que inversores privados -a menudo, la propia banca- adquieran activos saneados a precio de saldo.
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