sábado, 26 de diciembre de 2020

España: El juez investiga si el PP facilitó la operación Kitchen y la traspasó después a Interior.

26/12/2020
Daniel Montero
García-Castellón tomó declaración a Bárcenas sobre la forma en la que contrató al chófer que se convirtió después en confidente de la cúpula policial.
El juez encargado del caso Kitchen investiga si la cúpula del PP con Mariano Rajoy facilitó de alguna manera el espionaje al extesorero del partido y lo puso después en manos de personal de su confianza dentro del Ministerio del Interior. Las pesquisas se centrarían, según confirman varias fuentes a NIUS, en la parte que el magistrado Manuel García-Castellón mantiene secreta desde hace semanas, después de conseguir nueva documentación de manos del chófer de Bárcenas.

Entre esa documentación, aparecen imágenes de seguimientos al despacho del abogado Javier Gómez de Liaño, entonces representante legal de Bárcenas, además de una agenda donde el chófer del exsenador apuntaría entre otras cuestiones las conversaciones que su jefe mantenía dentro del coche. Sin embargo, hay una tercera vía en esas pesquisas: la contratación del propio chófer por parte de Luis Bárcenas, si fue propiciada por el PP antes de ser despedido de forma oficial y si la cúpula del partido lo hizo con vistas a tener información directa de los movimientos del extesorero.

Según esta tesis, que el magistrado y los fiscales tratan de confirmar o desmentir, tras el despido real de Bárcenas y su entrada en prisión preventiva, el hombre de seguridad del exsenador a colaborar con los hombres de la cúpula policial colocados a dedo por el propio Gobierno y se mantuvo en su puesto, cobrando esta vez de los fondos reservados y participando de lo que, a todos los efectos, parecía una operación oficial. Algo que no era real ya que los seguimientos a Bárcenas se hicieron sin conocimiento judicial alguno.

Barcenas niega que le contratara el PP.

Así, en este puzzle toma especial importancia un mensaje. El enviado el 13 de julio de 2013, momento en el que parece arrancar la operación Kitchen, por el ministro Jorge Fernández Díaz a su número dos en Interior: “Chófer B: Sergio Ríos (Ahora hace esa función con la mujer). Es importante”. En sus declaraciones, el exsecretario de Estado Francisco Martínez ha asegurado que el ministro mandó ese mensaje para que se interesara por la operación en la que participaba el chófer de Bárcenas como confidente, y que pudo conocer el nombre completo por boca de un periodista.

Pero hay un elemento que no cuadra, ya que las primeras informaciones periodísticas sobre la existencia de la operación Kitchen datan de dos años después. Los investigadores se afanan ahora en confirmar si esa versión es correcta, o se trata de la primera prueba en esa cesión de funciones a la hora de controlar a Bárcenas, desde su propio partido hacia las instituciones del Estado. Por su parte, Fernández Díaz ha negado incluso haber intercambiado esos mensajes con su número dos.

Ahora, el juez encargado del caso mantiene en secreto parte de las pesquisas de esta pieza, desde que los agentes de Asuntos Internos se incautaron de varios archivos informáticos, agendas y sobre todo teléfonos que el chófer de Bárcenas preparaba para entregar a la Justicia. De hecho, el colaborador policial ha prestado declaración en varias ocasiones frente a la Audiencia Nacional y el contenido de sus revelaciones permanecen también bajo secreto.

Por contra, hay un elemento que no avala esta línea de investigación: las palabras del propio Bárcenas. Según habría explicado el extesorero, fue suya la decisión final de contratar a su chófer tras su salida del PP. El alto cargo del partido, en prisión por el caso Gürtel, habría reconocido que fue suya la responsabilidad de elegir al conductor después de su salida de Génova, que se lo recomendaron personas vinculadas al PP pero que finalmente se decidió por este candidato al tratarse de una persona que mantenía una relación familiar con alguien que ya tenía referencias en su entorno.

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