21/09/2021 Álvaro Carvajal |
El Congreso ha vivido un episodio sorprendente. El diputado de Vox José María Sánchez fue expulsado del Pleno por gritar "bruja" a la socialista Laura Berja cuando intervenía en un debate, sin embargo, a pesar de estar obligado a marcharse del Hemiciclo, se negó a irse. Y eso provocó que la sesión tuviera que ser suspendida durante unos minutos.
Sánchez había sido llamado al orden por tres veces desde la Presidencia del Congreso por declinar sus llamamientos a retirar su insulto para que no constara en el Diario de Sesiones en el debate de una proposición de ley para proteger del acoso a las mujeres que abortan en clínicas.
Tras la suspensión del Pleno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que en ese momento ocupaba temporalmente la Presidencia del Congreso por la ausencia de Meritxell Batet, se vio obligado a ir hacia la bancada de Vox para tratar de persuadir a Sánchez para abandonar la Cámara. Al final, y tras una conversación de varios minutos en la que también estuvieron Macarena Olona e Iván Espinosa de los Monteros, se llegó a un acuerdo salomónico: se podía quedar si se retractaba de sus palabras.
Y, en efecto, cuando Gómez de Celis reanudó la sesión, volvió a preguntar a Sánchez si retiraba su insulto contra la diputada del PSOE, a lo que Sánchez ya respondió afirmativamente tras haberse negado anteriormente a hacerlo. "Retiro que la he llamado bruja", dijo, dejando constancia de su expresión. La Presidencia levantó la sanción y le dejó quedarse.
Antes de llegar a este final, la tensión fue máxima. Durante unos minutos eternos Sánchez se había estado atrincherando en su escaño, desobedeciendo los llamamientos insistentes de Gómez de Celis para que abandonara el Hemiciclo.
Primero trató que retirara la expresión de "bruja" y como el diputado de Vox declinó esa petición fue llamándole al orden hasta alcanzar las tres veces.
Tras la suspensión del Pleno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que en ese momento ocupaba temporalmente la Presidencia del Congreso por la ausencia de Meritxell Batet, se vio obligado a ir hacia la bancada de Vox para tratar de persuadir a Sánchez para abandonar la Cámara. Al final, y tras una conversación de varios minutos en la que también estuvieron Macarena Olona e Iván Espinosa de los Monteros, se llegó a un acuerdo salomónico: se podía quedar si se retractaba de sus palabras.
Y, en efecto, cuando Gómez de Celis reanudó la sesión, volvió a preguntar a Sánchez si retiraba su insulto contra la diputada del PSOE, a lo que Sánchez ya respondió afirmativamente tras haberse negado anteriormente a hacerlo. "Retiro que la he llamado bruja", dijo, dejando constancia de su expresión. La Presidencia levantó la sanción y le dejó quedarse.
Antes de llegar a este final, la tensión fue máxima. Durante unos minutos eternos Sánchez se había estado atrincherando en su escaño, desobedeciendo los llamamientos insistentes de Gómez de Celis para que abandonara el Hemiciclo.
Primero trató que retirara la expresión de "bruja" y como el diputado de Vox declinó esa petición fue llamándole al orden hasta alcanzar las tres veces.
"Por tercera vez le llamo al orden, desaloje usted el Hemiciclo, por favor", le había instado cuando decretó su expulsión. En un primer momento, Sánchez había atendido la orden y comenzó a bajar las escaleras, sin embargo, Espinosa de los Monteros fue a su encuentro y le dijo algo que llevó a Sánchez a cambiar de rumbo y a volver a su sitio y quedarse en él.
A partir de ahí se sucedieron los requerimientos para obedecer. Pero en balde. Y hasta un ujier subió hasta la última fila de la bancada de Vox, donde se encontraba Sánchez, para intentar que hiciera caso. Fue entonces cuando ante la situación kafkiana que se había creado, Gómez de Celis suspendió el Pleno. Algo del todo inusual.
El artículo 104 del Reglamento del Congreso establece que cuando un diputado es llamado al orden por tres veces "le será retirada, en su caso, la palabra y el presidente, sin debate, le podrá imponer la sanción de no asistir al resto de la sesión". "Si el diputado sancionado no atendiere al requerimiento de abandonar el salón de sesiones, el presidente adoptará las medidas que considere pertinentes para hacer efectiva la expulsión", dice este punto. En casos extremos, el presidente podría suspender totalmente el Pleno para restablecer el orden.
El Reglamento también establece que entre los motivos para llamar al orden a un diputado está proferir "palabras" o "conceptos ofensivos al decoro de la Cámara o a sus miembros, de las Instituciones del Estado o de cualquiera otra persona o entidad".
Vox denuncia que Gómez de Celis ha tenido una "actuación arbitraria y sectaria" y que la aplicación que había hecho del reglamento era "ilegal" e "injusta". "No se puede llamar al orden y expulsar en consecuencia a quien no altera el orden sino que a preguntas del presidente se niega a retirar una expresión", dicen fuentes del partido.
"El presidente podía haber ordenado por sí mismo que la expresión no figuraría en el Diario de Sesiones, pero no más. La actuación de Gómez de Celis ha sido, por tanto, abusiva y manifiestamente contraria al Reglamento", insisten estas fuentes del partido de Santiago Abascal.
Asimismo, Vox critica que hay una "doble vara de medir" de la Presidencia de la Cámara, "tal y como reaccionó cuando una diputada de ERC insultó gravemente a los representantes de Vox" llamándoles "fascistas".
Precisamente aludiendo a este último episodio, Olona se encaró en el pasillo del Congreso con una periodista que le preguntaba por el insulto de "bruja". "¿Has formulado esta pregunta cuando me han llamado fascista y me han agredido en este Pleno? ¿Te estoy haciendo una pregunta? Quiero una constatación: ¿sí o no?".
Anteriormente, Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, se negó a responder en rueda de prensa una pregunta sobre las declaraciones del Pollo Carvajal ante el juez sobre los vínculos de Podemos y Venezuela bajo el argumento de que no lo iba a hacer por "respeto" a los "periodistas de verdad".
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