Denis Lukyanov |
La indignación de la población con la decisión del entonces sah dejó una enorme huella en las mentes de la población y se considera una de las razones por las que el régimen del sah cayó.
La celebración, que tuvo lugar hace medio siglo, duró cinco días, entre el 12 y el 16 de octubre de 1971, y conmemoró la fundación del Imperio persa aqueménida por el rey Ciro el Grande.
El objetivo de las celebraciones no fue simplemente rendir homenaje a la antigua cultura y celebrar la historia de Irán. Era mucho más importante mostrar al mundo los avances tecnológicos del Irán del sah Mohammad Reza Pahleví.
La pomposidad con la que se celebró el 2.500 aniversario de Persia indignó a muchos habitantes. Había serias razones detrás de su ira.
La mayoría de ellos vivía en condiciones precarias, mientras que la monarquía despilfarraba decenas de millones de dólares en dicha festividad.
Para más inri en el evento sí había numerosos invitados extranjeros, pero muy pocos verdaderos 'invitados de honor', los propios persas.
El sah por alguna razón dejó de lado a sus propios súbditos y lo festejó con los líderes mundiales. Muchos creen que la ira y la decepción de los habitantes con el paso del tiempo llevaron a la Revolución de 1979.
Este punto de vista no es universalmente aceptado, pero sí se puede decir con certeza que fue uno de los factores que dieron inicio a los eventos que llevaron al cambio de poder en el país, y que a su vez culminó con la proclamación de la república islámica.
Precisamente por eso muchos consideran que esta fiesta, que buscaba celebrar la creación y la existencia del imperio, en realidad acabó con él para siempre.
Los clérigos que luego llegarían al poder, en particular el ayatolá Jomeiní, entonces criticaron duramente la celebración al tacharla de 'festival del diablo'. La crítica de aquellos acontecimientos persiste incluso en la actualidad. Seguir leyendo>>
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