29/07/2020 Francesc Peirón |
Como si cada jornada se estrellaran tres aviones y fallecieran todos los ocupantes. Como si cada 72 horas hubiera otro atentado del 11 de septiembre.
Estados Unidos registró más de 1.000 muertos a causa del virus por sexto día consecutivo. Cerca de 7.000 difuntos en un suspiro.
Además de jugar a golf, de alardear de haber logrado la mejor economía de la historia mundial (si lo fue, era un castillo de arena), de asegurar que ha hecho “por los negros más que cualquier otro con la posible excepción de Abraham Lincoln” (acabó con la esclavitud), mientras envía a agentes federales para reprimir las protestas de Black Lives Matter, o de ignorar el positivo en la COVID-19 de Robert O’Brien, su asesor de Seguridad Nacional –“no lo he visto últimamente”–, el presidente Donald Trump muestra escasa preocupación por la salud de sus compatriotas y retuitea conspiraciones para atacar al principal de sus científicos contra la pandemia. Seguir leyendo>>
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